lunes, septiembre 06, 2010

Hay que ser síncero, aunque duela.

- Espero entonces que estés contento. Ya lo has conseguido, lo has cabreado. Ahora seguro que se joden los planes.
- Lo siento.
- No, no lo sientes. Pero bueno, que se le va a hacer, así eres tú...¿por qué nunca eres capaz de medir tus palabras eh?
- Oye, oye. Creo que te equivocas. Yo mido cada una de mis palabras para que al ser escuchadas lleguen a la otra persona. Es por eso que está cabreado, porque las he medido al milímetro.
- A ti lo que te pasa es que te dejas llevar demasiado. Hay que ser más objetivo a veces, más neutral, ya sabes. Esto nos evitaría cabreos.
- Mira...objetivos son los números, no las personas. Yo soy subjetivo a la hora de decir estas cosas. Y hay que serlo, porque lo que no se puede esconder es cuando una cosa te molesta ¿No ves que si no lo seguirán haciendo?
- ¿Y vale la pena perder una amistad por ello?
- Si se pierde un vínculo tan grande como la amistad por estas cosas, ya me dirás que amistad hay...Además, verás como mañana cuando estemos todos más en frío, y hayamos recapacitado, especialmente él, vuelve todo a la normalidad.  Los amigos estamos en las buenas y en las malas, y siempre no nos van a decir lo que queremos oír. ¿Qué clase de amigos seríamos entonces? Hay que ser síncero, aunque duela.

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