lunes, marzo 22, 2010

La gran mentira...

Lo cierto es que he querido resistirme a hablar de este tema porqué no va conmigo, pero una vez colmada mi paciencia he de vomitar las palabras. Ahí va.

Me gusta el fútbol y lo sigo con poca asiduidad, aunque disfruto visualizándolo. Soy del equipo más fascista de España, según muchas lenguas, el Real Madrid. De hecho más de una vez he callado cuando me han empezado a dar lecciones de moralidad aquellos eternos rivales. Gran hipocresía la de estos ciertamente.

Es curioso como estos que me acusan, porqué esto es lo más gracioso, hablan en segunda persona del plural como si yo fuera parte del equipo, de que somos un equipo imperialista porqué pagamos millonadas por jugadores. Si no recuerdo mal quien empezó a inflar los precios en el mercado futbolístico pagando millonadas por jugadores fueron ellos ¿Cuánto se pagó por aquellas por Maradona? Ahora tratan de vendernos que son un equipo de cantera, como lo era antes el Real Madrid, pero lo único cierto es que ni uno, ni otro se salvan de la quema. Ambos son iguales, ambos miran por el negocio.

Siguiendo en la misma linea me gustaría hablar de lo del equipo fascista. Se supone que esto es así porqué el enano de un solo huevo les ayudaba. Paradógicamente hablan de esto sin mirar a su presidente, que pronto dará el salto a la política por un cuyo líder se cree una espécie de heroe liberador de Cataluña o algo así, es decir, como otros tantos personajes históricos de la Europa entreguerras ¿Quién es el fascista entonces? Tanto Real Madrid como Barça son similares, son beneficiados por entidades fuera del mundo del deporte pero ¿Por qué? La respuesta es simple. Es un instrumento más para dominar a las masas, para controlarlas. Si bien Marx dijo una vez que la religión es el opio del pueblo, podríamos afirmar sin ningún tipo de miedo a equivocarnos a que el fútbol lo es ahora, y es que ambos equipos son un icono, un símbolo, una cortina de humo.

Otro dato a destacar es el dinero que sacan de la televisión catalana que está financiada por los catalanes, muchos de ellos del Espanyol, al cual lo tienen marginado por no se que cuestión. Yendo más lejos no podría haber un cierto parecido entre lo que pasaba con Franco, que al gran equipo del "país", con el que la gente se sientía más identificada, se le favorecía más. Sólo hay que ver el anuncio de la Estrella Damn, un clamoroso ejemplo de la promoción que se hace de este equipo. Una frase que se me repite una y otra vez del anuncio es la de "No serà la humilitat? sense protagonistes ni cap divinitat". Después de todo lo dicho dónde está la humildad, y eso sin contar la prepotencia de los aficionados, de la prensa, etc, etc. Definitivamente ambos son iguales, ambos son hipócritas.


Hasta hoy la gran mentira del fútbol, la que habla de épicas historias de equipos, que cobran millonadas, pero que no saben que existes. Que la tasa del paro les importa una mierda, que la crisis no les afecta, que en la mayoría de ocasiones son la imagen de una persona que se deja llevar por las bajas pasiones. Pero eh, no pasa nada, porqué al fin y al cabo cuando Real Madrid o Barcelona ganan una liga, que te veas viviendo en la calle no importa ;-)

viernes, marzo 19, 2010

El prejuicio que nos persigue

- El comunismo es destructivo. Todos los países con ese sistema han demostrado ser una fracaso. Esa clase de régimenes han sembrado y todavía siembran el terror. Han asesinado a sangre fría ¿Cómo puedes ser tu comunista?
- El comunismo, que no algunos comunistas no es destructivo. Se formuló bajo el objetivo de acabar con la clases sociales para conseguir una igualdad entre los seres humanos. Nadie era más que nadie y por la tanto tampoco menos. Todos eramos iguales. No voy a entrar en detalles sobre su fracaso, aunque puedo afirmar que fue porqué traicionaron esta consigna. Pero volviendo a lo que dije antes, mi apreciado amigo."El comunismo, que no algunos comunistas". Fíjate en que se puede apreciar una clara distinción entre idea y seguidores, es decir, los comunistas que son los seguidores, son seres humanos y no ideas. Los seres humanos no son una ciencia exacta como las matemáticas, y con ello quiero decir que detrás de cada uno hay una historia y un modo de ver el mundo. El mundo entero nos trata de vender constantemente que el actual sistema que hay implantado en la sociedad es perfecto. Sin embargo, todos sabemos lo que el capitalismo ha traído y sigue trayendo. No podemos olvidar a todos aquellos países que todavía siguen siendo esclavos de otros por el simple hecho de que no tienen algo que conocemos como poder económico. No obstante, muchos de mis amigos se muestran a favor del capitalismo e irónicamente en contra de lo que pasa en aquellos países. Por lo tanto no podemos seguir juzgando a ideas que intentan buscar la igualdad entre los seres humanos, sin distinciones de raza, cultura o religión porqué los supuestos seguidores actuaran según su criterio y al final acabaran creando algo que juraron destruir. Llegados a este punto, podríamos preguntarnos cual de los dos objetivos tenían esas personas ¿Llegar al poder y actuar en beneficio propio o realmente querían mejorar el mundo? Esto ya una cuestión subjetiva, pero lo que nos debe quedar claro siempre es que no podemos seguir juzgando a las personas por seguir una corriente política que teóricamente busca la igualdad entre todos los seres humanos. Debemos acabar con el prejuicio que nos persigue.
- Entiendo...

miércoles, marzo 10, 2010

¿Y por qué me quitas tu la esperanza?

Dicen de mí que tengo una extraña tendencia a acabar con la felicidad de la gente. Lo cierto es que mi sinceridad mata. Algunas veces estoy equivocado en lo que digo y otras no. Pero es justamente cuando no me equivoco cuando más daño hago por lo que parece. Quizá si dejara de plantearme de dónde viene todo lo que nos rodea no pasaría. Pero no se como hacerlo, soy curioso por naturaleza.

Es como ahora, que estoy viendo en la pantalla del portátil que la batería de éste se agota y me pregunto ¿De dónde viene esa batería? Y me respondo a mi mismo que viene de una fábrica. Y de nuevo me pregunto ¿Y los materiales para confeccionar la batería, cuales son y de dónde vienen? Y busco por internet y encuentro un mineral llamado cobalto que se extrae de unas minas que están situadas en distintos países del mundo. Algunos de estos en África. Y otra vez, me pregunto ¿Recibirán esos países de África la riqueza que le correspondría por extraer el mineral? Vuelvo a buscar en internet y encuentro que algunos de los dueños de las empresas que explotan las minas, son israelís. Entonces atas cabos, descubres que ese dinero va a parar a industria armamentística y que en Israel hay una guerra.

Curiosamente he pasado de preguntarme de dónde viene la batería del portátil que utilizo a percatarme de que estoy ayudando a que el fenómeno de la globalización explote a países tercermundistas y de que estoy financiando una guerra. Después de esto uno se siente sucio, asqueado, culpable. La supuesta felicidad que te da ese bien material desaparece al saber de dónde viene, y lo único que se me ocurre es comunicarselo a todo el mundo para que sienta lo mismo que yo y se disponga a hacer lo mismo para concienciarnos de que hay cosas en este mundo que deben acabar. Sin embargo la respuesta que recibo es que los deje en paz, que no les quite la ilusión. A lo que respondo: "¿ Y por qué me quitas tu la esperanza?"

martes, marzo 09, 2010

Democracia

¿Qué es la democracia? Según su etimología la palabra está compuesta por dos vocablos, demo, que significa pueblo, y cracia, que significa poder o gobierno. Por lo tanto, podemos deducir que la democracia es el gobierno por el pueblo.

Por otro lado, cuando pienso en la democracia, también la concibo como una idea por la que muchos lucharon y murieron. Sin ir más lejos, nuestro país es un claro ejemplo. No obstante, con el tiempo nuestro país también ha ido perdiendo la noción de lo que es la palabra.

Lo cierto es que a medida que ha ido transcurriendo el tiempo nuestro poder adquisitivo ha ido creciendo hasta que hemos creído pertenecer a la clase alta de la sociedad. Éramos los nuevos burgueses. Sin embargo, con esa nueva creencia olvidamos completamente al resto del mundo, siendo justos, le dimos la espalda a éste. Nos concentramos en nosotros mismos, disfrutando de los lujos que el sistema capitalista nos proporcionaba. Nos volvimos pretenciosos, cómodos y conformistas. Sabíamos que el mundo no iba muy bien, pero tampoco hacíamos nada para intentar cambiarlo.

Ahora, como del día a la mañana, el propio sistema nos ha devuelto a nuestro sitio. Aunque parece no haber sido suficiente. Muchos esperan que haya una fórmula mágica que resuelva todos los problemas que están aconteciendo. Otros, que buscan un chivo expiatorio en la inmigración, abogan por votar a personajes populistas que dicen lo que queremos oír para después de ganarse nuestra confianza y alcanzar sus verdaderos objetivos. Pero no hay que dejarse engañar, tanto la fórmula mágica como los personajes populistas son ilusorios. Pan para hoy y hambre para mañana.

Es por ello, que ahora más que nunca todos debemos estar unidos, prescindir de las supuestas soluciones fáciles y tomar las riendas del futuro, de nuestro futuro. Sin distinción de raza o cultura, desde oriente hasta occidente pertenecemos a una misma clase social. Si nosotros queremos podemos hacernos oír y decidir. Para algo somos una democracia. Hagamos uso de ella otra vez y volvamos a decidir nuestro destino.