martes, noviembre 02, 2010

¿Sería capaz de resucitarlo?

Habla la mente.

- Castañas, si castañas, que ahora es tiempo de castañas...de dar castañas, de pegar castañas y algún que otro castañazo...jajajajaja...ahora suena megalomaniac de un grupo que se llama incubus. La verdad es que la canción está bastante bien, me gusta. Recuerdo todavía el primer día en que la escuché. La tenía puesto un viejo amigo en el facebook. Es un temazo.

Irrumpe el corazón gritando.

- OYE PEDAZO DE IMBECIL, DEJA DE HACER EL IDIOTA Y PIENSA COMO REPARARME.

Vuelve a hablar la mente.

- Lo que no tiene arreglo, no se puede arreglar. Tu ya estás jodido para siempre, deberías saberlo. Vive con ello.

Habla el corazón.

- No puedes ignorarme como si no existiera, como si no hubiera problema. Somos dos en uno, y el uno sin el otro no es nada.

Replica la mente.

- Si eso lo sé. Pero igual que a veces la cruel lógica me desbanca, a ti te desestructura el amor. Y el amor es cosa de dos, de dos corazones, si ese otro corazón no siente, no se puede hacer nada. Asumelo, sólo puedes esperar y si acaso sufrir en silencio. Yo tomaré el mando hasta que vuelvas a estar bien si te sirve de consuelo

Derramando lágrimas y en un último intento desesperado, agonizante y dolorido por sus heridas, habla.

- Lo sé pero estoy quebrado por diferentes costados. De esas grietas rezuma sangre y si yo me desangro tu caes conmigo. Estás intrínsicamente unido a mí, no puedes dejarme de lado, no puedes dejarme solo ahora, necesito de ti para que no me siga desquebrajando. ¿Entiendes?

Responde la mente.

- No sigas por ese camino. La razón nunca debe someterse a la parte sentimental. No me vale esa clase de amenaza o chantaje.

En el acto el corazón se fragmentó en 7 partes. Fue entonces cuando a la mente empezó a sufrir fisuras que le fueron trastocando cada día un poco más. Poco a poco se iba aproximando al camino de la locura, y en un ápice de luz, pensó en volver a unir la 7 partes. Sin embargo, no era capaz de unirlas para que se mantuvieran, no era capaz de hacerlo cicatrizar y de nuevo pensó. Pensó en que mantenía a un corazón vivo y recordó aquel último encuentro con él, y que le dijo algo del amor. Se propuso buscarlo, y se dio cuenta de que ahora más que nunca, la parte racional estaba sometida a la sentimental, y a una parte muerta. No obstante, una pregunta le carcomía día si, y día no. ¿Sería capaz de resucitarlo?

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