lunes, diciembre 20, 2010

Bucles

El bucle de nuestras desgracias es tan repetitivo como doloroso. Parece que no haya manera de librarse de él. Me encuentro en la misma situación que hace dos meses,  y como por aquel entonces no sé que hacer. Es un fantasma, o una maldición, o algo que me seguirá hasta el fin de mis días hasta que no haga nada para que esto cambie. Porque para romper un bucle tienes que hacer algo para que esa repetición se anule. Si hicieramos algo que rompiera los pronósticos, todas las espectativas, que no desencadenara en ese mismo efecto constante se acabaría. Saldríamos de esa dinámica y pasaríamos a vivir una realidad paralela en la que el avanzar no fuese una mera ilusión del movimiento de un bucle, si no que sería un avance de verdad.

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