martes, diciembre 28, 2010

El loco de la calle (5)

- Estás como una puta cabra. ¿Por qué hicistes eso?
- Yo no estoy loco, estoy muy cuerdo. Más vale actuar como un loco y ser cuerdo que actuar cuerdamente y volverse loco.
- Oh vaya...tus juegos de palabras lo justifican todo siempre eh. Pues no me creo una puta palabra de la que dices.
- Ya bueno, en realidad hay otro motivo, pero dudo que tú lo entiendas.
- Prueba, igual si lo entiendo.
- Es sencillo. ¿A quién es más fácil olvidar, a alguién a quién quieres o a alguién a quién odias?
- A alguién a quién odias.
- Pues ya tienes la respuesta. No es que yo le odie, es que le quiero tanto que pensar en ella en estos momentos me hace daño y sé que ella intentará remediar el error de alguna manera, y entre remedios acabaremos como la otra vez. Ya sería la cuarta vez que se repite la historia. No estoy para más fracasos.
- Pero si la quieres no querrás que te odie.
- Eso es problema mío. Ya se me pasará, olvidé a Sara.
- ¿Y la olvidarás a ella que es mucho más cercana a ti?
- Eso espero, si no desapareceré sin dejar rastro. Total, tampoco tengo nada especialmente importante que me arraigue aquí y siempre podría volver a aparecer.
- Eso es un castigo muy duro para alguién que se supone no es tan malo.
- A lo mejor estoy pagando por lo que hice en otra vida.

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